EL DESPOBLADO DE TURBENA


El despoblado de Turbena fue un pequeño núcleo de población de origen incierto -podría ser de la época hispanovisigoda, ya que la terminación -ena es común en pueblos que los germánicos ocuparon tras la dominación romana-, aunque me inclino  por la época musulmana, sobre el S.XII, que es cuando está fechado el castillo que serviría de nexo para comunicarse con otros de la zona (Urrea, Coglor, Rueda) y controlar los movimientos que se produjeran en los llanos del monte y en las zonas regables del valle-. Posiblemente, el castillo se reforzara sobre una antigua fortaleza musulmana anterior. 

Al morir Alfonso I "El Batallador" en 1134, Turbena pasó a ser dominada por Rodrigo Pérez o Ruy Pérez (de los Ximénez de Urrea), primer esposo de Doña Goda de Foces, más conocida como  Doña Godina, señora de la desaparecida Cabañas y alrededores y que fue la artífice de que se edificara en 1176 la ermita románica de Cabañas que luego donó a la Orden Militar del Hospital. La Orden de Jerusalén ya se había establecido en Grisén fundando un convento de religiosas y Turbena pasó a ser controlada por los monjes-soldado, como casi todo el valle del Jalón.

Tras las convulsas situaciones que se produjeron antes de fraguarse la Corona de Aragón, el poblado se destruye y se ve forzado a repoblarse. Bardallur ya había surgido como población en el 1137 y mucha gente de Turbena se trasladó allí. Por aquel entones, la Orden del Hospital seguía teniendo los señoríos de la zona.
En el 1227, Jaime I "El Conquistador" cambió Bardallur por Albalate de Cinca a D. Pedro Ladrón (o Latrone). A éste le sucedió su hijo Ladrón, que donó el castillo y villa de Turbena y todas sus pertenencias y heredades de Valencia y Segorbe a Constanza, hija de Jaime I y Violante de Hungría. Constanza se casó en 1252 con el infante Manuel, hijo de Fernando III "El Santo" y hermano, por tanto, de Alfonso X "El Sabio". A la muerte de Constanza, acaecida en 1275, Turbena pasó a manos de D. Martín de Agón y más tarde a Don Pedro López de Luna. A principios del XIV fue Ortal de Alagón el dueño del lugar, que además era señor de Épila. En este siglo se produjo la epidemia de peste negra, aunque no sabemos cómo afectó a la población y también se produjo la famosa batalla de Épila entre unionistas y realistas con la victoria del rey Pedro IV "El Ceremonioso". También se puso en funcionamiento la acequia de Urrea, Plasencia, Bardallur y Bárboles.

A principios del XV (1409), Turbena y Bardallur pasan a mano de Dñª María de Castilla, comprometida con el rey Alfonso V y en el 1431, son vendidos a la familia Lanuza. Al final del XV, en en censo de 1495, Turbena solo registró  dos fuegos (unas 10 personas). Hasta la construcción de una iglesia en Bardallur, los fieles se desplazaban a la ermita románica de San Bartolomé para cumplir con sus oficios religiosos.

P.D. El topónimo Turbena parece estar relacionado con tierra. En la zona de Híjar (Teruel) hay unos montes denominados así.

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