MIRAR UN CUADRO

                                        Vista de Zaragoza, Juan José Gárate y Clavero, 1908. Óleo sobre lienzo. 106x160.
Gárate, al albur de la Exposición Hispano-Francesa de 1908, y debido a que sus tres mejores y esplendorosos cuadros los había enviado a Madrid, decidió compensar a la ciudad aragonesa y  en su obra colgada en el pabellón de La Veneciana, seleccionó la visión más abarcadora de la próspera capital del Ebro, para plasmar, como síntesis viva del progreso, la industria, la agricultura, la cultura moderna, la cultura tradicional, representada respectivamente, por intelectuales, creadores y por el baile de la Jota.
Es posible que el propio pintor de Albalate del Arzobispo (Teruel) se hubiera inspirado en fotografías semejantes. Aunque no debemos olvidar que estaba muy al día de lo que triunfaba en la escena artística de Madrid, donde los retratos de personajes ante un paisaje típico, de Ignacio Zuloaga eran un fenómeno en alza.
Dispuso los retratos en dos grupos. El principal, de pie, identificados (de izda. a dcha.) como el laureado pintor, Francisco Pradilla, dialogando con el recién nombrado Nobel de Medicina Santiago Ramón y Cajal (el único cubierto con chistera), el dramaturgo y poeta Marcos Zapata (cuyas poesías prologadas por Ramón y Cajal se habían editado pocos años antes). Segismundo Moret, jefe del Partido Liberal, diputado a Cortes por Zaragoza, Ministro de Fomento, presidente del Consejo de Ministros y principal valedor de la subvención de Estado para financiar el Centenario de los Sitios, Basilio Paraíso, presidente  de la Cámara de Comercio e Industria de Zaragoza y del comité ejecutivo de la Exposición Hispano-Francesa, Mariano de Cavia, famoso periodista de la prensa madrileña, y Florencio Jardiel, deán del Cabildo del Pilar, Presidente de la Real Sociedad Económica de Amigos del País y del consejo de administración de la Caja de Ahorros de Zaragoza.
El segundo grupo lo forman la pareja sentada en la de la izquierda, que corresponde a Jerónimo Vicente (con bastón), culto poeta zaragozano, coleccionista de grabados, amigo de Cavia y del propio pintor Juan José Gárate, que es el que se sienta a su lado. En el centro y desde la ladera del cabezo, muchachas y gentes del pueblo llano contemplan el baile de la jota.
Los tonos dorados y rojizos de sus cuadros de esta época parecen encontrar  un eco cromático en esta pintura de Gárate. La obra fue ofrecida por la viuda del artista, a la Diputación Provincial de Zaragoza, en el año 1951, siendo adquirida por esta corporación,  a través del Real Decreto del 8 de noviembre, por un valor de 10.000 pesetas. Guardada está desde entonces, en dicha institución, como si de un pequeño tesoro se tratara.

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